martes, mayo 09, 2006

Los padres de la patria

Es realmente, debo admitirlo, una muy cómoda posición la de inventarse un reglamento para que todo el mundo lo cumpla salvo, óigase bien, salvo quien lo inventa.
Por ejemplo surge la idea de descongestionar las vías, los andenes, mejorar la circulación vehicular y peatonal, aumentar el bienestar general.
Entonces se expide la ley estipulando las áreas de parqueo permitidas y las no permitidas por supuesto, utilizando para tal fin la señalización vigente del código de transito.
Se gastan millones de millones en la campaña de concientización, en la señalización de las vías, en el entrenamiento del personal idóneo para sancionar a los infractores.
Se impone igualmente una regulación tarifaria para los parqueaderos.
Una vez toda esta parafernalia en marcha, es decir la persona común y corriente que va a su trabajo en su vehiculo, que lo utiliza eventualmente como un instrumento o una fuente de ingresos entra al parqueadero.
Paga la suma debida, suma que aunque parece irrisoria cuenta en su presupuesto común y corriente o sea, en este país, bajo.
Cuentan los dos mil pesos, los mil quinientos, cuentan.
Ahora bien el legislador que ha puesto todo esto en marcha llega al frente del restaurante carísimo y ahí se parquea su corte de escoltas y carros blindados.
Ahí en frente de la señal que prohíbe el parqueo en toda la cuadra.
Ahí en donde el decidió que no se debía parquear para descongestionar las vías, los andenes, mejorar la circulación vehicular y peatonal, aumentar el bienestar general.
Pasa por encima de todo el mundo, irrespetando las reglas y la comunidad, ahorrándose los dos mil pesos, los mil quinientos que para él, funcionario del Estado con salario cuarenta y siete veces superior, óigase bien, cuarenta y siete veces superior al salario mínimo legal.
Cabe anotar que el SML es la suma que se gana en este país el 65% de la clase trabajadora.
Ahorrándose los dos mil pesos, los mil quinientos pesos que mal que bien generan empleo, hacen que dos o tres vigilantes se ganen cuarenta y siete veces menos que el.
Entonces el vigilante cuida, hace bien su trabajo y gana tanto menos.
Pero el legislador hace mal su trabajo, da mal ejemplo y gana tanto mas.
Es realmente una muy cómoda posición la de inventarse un reglamento para todo el mundo salvo quien lo inventa.

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